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Es probable que hayas escuchado muchas veces a alguien que habla de las energías limpias y de las renovables de forma indistinta. Sin embargo, debes saber que no son lo mismo: la mayoría de las renovables son limpias, pero no todas las limpias son renovables. Veamos sus definiciones y diferencias principales.

La energía renovable es aquella que proviene de recursos renovables de la Naturaleza; es decir, que son prácticamente inagotables porque nos las brinda la Naturaleza mediante ciclos constantes que la regeneran. Algunos ejemplos de energías renovables son la luz solar, el viento, el calor, el movimiento de las mareas o la energía oceánica.

Por su parte, la energía limpia es aquella energía que no contamina y que, por tanto, ha sido creada con métodos limpios. Su impacto en el medio ambiente es mínimo, ya que el dióxido de carbono que emite también es mínimo. Un ejemplo de energía limpia, pero que no es renovable sería el gas natural. Aunque no es completamente limpia, lo es mucho más que otras energías convencionales; sin embargo, no es renovable porque tarda más en regenerarse que en ser consumida.